¡Muy buenas! ¿Que tal estáis?
Comienza una nueva semana y con ella os traigo un nuevo post que creo os puede resultar interesante.
Gracias a las redes sociales y plataformas como youtube el maquillaje profesional se va abriendo camino y cada vez es más reconocido, aún queda un largo camino por recorrer, muchas veces nuestro trabajo no se reconoce e incluso se menosprecia, pero cada día damos un pasito hacia adelante para hacer de esta maravillosa profesión algo más que «poner un simple colorete», como mucha gente cree.
El otro día a través de mi Instagram publiqué una fotografía y os preguntaba que valores tenéis en cuenta a la hora de contratar los servicios de una maquilladora profesional.
Aquí van algunas de las respuestas:
«Valoraría que me gustase como trabaja y su profesionalidad»
«La empatía. Que te entienda y que sea una persona con la que puedas conectar»
«Que respete mi piel, que siga siendo yo pero mejorada»
«Que sin «decir nada» sepa lo que tiene que hacer»
«La forma de trabajar y atención, que con lo poco que explique sepa captar mi personalidad»
«Que sea buena profesional, me asesore, pueda resolver mis dudas, los productos con los que trabaja, la higiene y que sea cercana»
«Honestidad y rigor»
Estas son algunas de las respuestas. Me pareció curioso que nadie mencionara los precios porque «regatear» esta a la orden del día. Estoy completamente de acuerdo con todas y cada una de las respuestas. Llevo muchos años en esta profesión y os podréis imaginar que he visto de todo, ahora os voy a dar mi opinión.
He visto muchas veces a personas que se quieren dedicar al maquillaje profesional si tener en cuenta que el servicio implica mucho más que saber difuminar una sombra o utilizar los mejores productos del mercado.
Tenemos que tener en cuenta que tratamos con personas que pueden que sepan de maquillaje o que no tienen ni idea, por lo tanto desde mi punto de vista la humildad es un valor imprescindible, tanto en esta como en cualquier profesión. La prepotencia y la soberbia no son buenos acompañantes.
Ser cercanas, hay que tener en cuenta que por ejemplo en el caso de las novias se crea un vinculo de confianza, son meses de preparativos, de emails, prueba de maquillaje….La novia debe estar tranquila sabiendo que se pone en las mejores manos y que en uno de los días más importantes de su vida no le vamos a fallar. Por supuesto lo mismo para una clienta que requiera de nuestros servicios para un evento. Hay que tener en cuenta que a esa persona le estamos tocando la piel, estamos cerca de ella, lo mejor para ambas partes es que haya confianza y cercanía. Conectar.
Ser honestas. Las publicaciones en revistas y en las redes sociales han hecho que en muchas ocasiones se tenga una visión distorsionada del maquillaje. Nosotras somos maquilladoras y maquilladores, no cirujanos. Si la piel tiene granos, da igual que pongamos 20 capas de producto que los granos se van a ver igual, básicamente porque es un volumen y el volumen no se puede tapar, podemos camuflar el tono pero milagros a Lourdes….Si la clienta nos pide X maquillaje, debemos ser honestas y decir la verdad, de esa manera la clienta no se creará expectativas que no son reales.
La higiene. Imprescindible. No entiendo de verdad, no me cabe en la cabeza que alguien que se denomina «maquilladora profesional» vaya a trabajar con pinceles sucios y creed que lo veo mas a menudo de lo que me gustaría. La higiene es básica en esta profesión. Todo el material de trabajo debe estar perfectamente limpio y desinfectado y por supuesto utilizar desechables para aplicar la máscara de pestañas. También os podría decir que en muchas ocasiones y en marcas de maquillaje muy top la higiene en cuanto a pinceleria brilla por su ausencia.
Ser profesionales. A parte de todo lo anteriormente descrito ser profesionales engloba conocer los tipos de piel, saber maquillar diferentes formas de ojos, labios y rostros.
Esto me recuerda a lo siguiente:
«En una empresa tuvieron un fallo en uno de los ordenadores y llamaron a un informático para solucionarlo. El informático acudió a la oficina, tocó una tecla y el ordenador volvió a funcionar. El informático le pasó una factura a la empresa de 800€, el jefe un poco molesto le pidió explicaciones, veía excesivo el precio por darle a un simple tecla. A lo que el informático contestó, yo no cobro 800€ por tocar una tecla, cobro 800€ por saber que tecla tocar.»
Ser profesional implica saber como aplicar el colorete, técnicas para difuminar sombras, que base de maquillaje aplicar y como aplicarla para obtener los mejores resultados y un largo etc. No todas las maquilladoras y maquilladores son profesionales, pues desde mi punto de vista subir fotos a instagram y que las marcas envíen productos no hace a nadie maquillador profesional. Esta profesión es dura a la par que bonita y requiere de mucha paciencia, perseverancia y formación, ya sea de manera autodidacta o en alguna academia.
Ser puntuales, me parece básico. Trabajar con productos de calidad, ser amables y estar dispuestas a atender las dudas que puedan surgir. Respetar la esencia de la persona que tenemos en frente. Puede ser que nosotras pensemos que otro tipo de maquillaje le quedaría mejor, pero lo más importante es que la clienta después de pasar por nuestras manos quede satisfecha y por supuesto quiera repetir. Podemos y debemos asesorar pero al menos para mi la última palabra siempre la tiene la clienta.
Por último quiero añadir la buena presencia, y con esto no quiero decir que tengamos que ir a maquillar como si nos fuésemos de boda porque para nada es así. De hecho en verano con las altas temperaturas no me suelo maquillar en exceso sino algo muy natural y el pelo casi siempre recogido con una coleta alta. Pero lo mínimo o así lo considero yo, es llevar las manos impecables, el pelo limpio, sin oler a tabaco (en caso de fumar) y buen olor corporal.
Por experiencia propia se lo mal que se pasa cuando la persona que esta maquillando le huele el sobaco y le canta el aliento, me ha pasado en dos ocasiones en las cuales me estaban probando producto y apenas respiraba. La higiene personal me parece básica.
Como podemos comprobar ser maquilladora profesional no implica solamente maquillar, si no ofrecer un servicio de calidad y algo más que un maquillaje. Porque ante todo somos personas.
Y hasta aquí esta entrada preciosas, espero que os haya gustado y servido de ayuda. Me encantará leer vuestros comentarios al respecto.
Un abrazo enorme.
Pat.
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Siempre que puedo intento pasarme para leer tu siguiente post, estoy totalmente de acuerdo a lo que dices, no todo es saber difuminar perfectamente un ahumado, hay que saber escuchar a la clienta para saber que es lo que quiere y poderlo adaptar asesorandole, también estoy completamente de acuerdo con el tema de la higiene, es cierto que hay muchísimos sitios en los que te encuentras brochas sin limpiar (nunca) porque no lo ven necesario y me parece increíble! A nadie Le gustaría ir a un restaurante y que le dieran los cubiertos de la persona de al lado, verdad? Pues en el maquillaje es lo mismo!
Espero leer pronto tu siguiente post, un beso enorme!
Muchísimas gracias preciosa!
Ojala todo fuera solo difuminar una sombra….son muchas cosas a tener en cuenta. Al trabajar en comercio es cuando me dí cuenta de lo marrana que puede llegar a ser la gente y encima en firmas super caras que dices…a ver,si voy a pagar 60€ por un servicio de maquillaje de media hora lo mínimo es que tengan las brochas y demás limpios y desinfectados. Ojala todo esto vaya cambiando poco a poco.
Mil gracias por leerme bella!
Un besazo!
La aptitud lo es todo! me ha gustado mucho el enfoque que le dais al artículo. Hay que valorarse como profesional siempre! saludos